Lady Gaga, Aliens y Parajanov

Nadie hubiese creído que, algún día, iba a ser posible que la película más emblemática del cine armenio saltara al corazón de la cultura de masas occidental. Sin embargo, Lady Gaga lo hizo y solo le tomó 4 minutos y 42 segundos.

Es que acaba de estrenar el videoclip de “911”, el single de su más reciente disco “Chromatica”. El video, dirigido por Tarsem Singh, rinde tributo explícito a El color de la granada, de Sergei Parajanov. Sucede que el director es fanático del cineasta armenio y encontró en este proyecto la oportunidad de homenajear a su referente.

La sorpresa no se agota allí, porque en el diseño del vestuario del extravagante alienígena que se apodera de la pantalla intervino Karina Akopyan, artista armenia radicada en Londres quien declaró que “fue maravilloso ver mi trabajo junto a referencias de uno de mis realizadores favoritos, Sergei Parajanov, quien inspiró mi estética de tantas maneras”.

La mirada de Noches de Alfombra

Para empezar a hablar de las referencias a Parajanov, debemos mencionar la influencia de su filmografía en Tarsem Singh, el director del videoclip. A lo largo de su carrera, Tarsem ha tomado las formas audiovisuales de Parajanov casi como un dogma en la composición de sus films y videos musicales. Entre ellos el ya clásico “Losing My Religion”, de R.E.M, en el que se aprecia el uso del simbolismo en la composición de las imágenes para representar la imaginación y la fantasía de la narración.

Al igual que en “El Color de La Granada” uno de los puntos que se destacan en el videoclip “911”, es la gama cromática. El color como símbolo. Rojo para la sangre, que desprenden las granadas, pero también para la vitalidad, como en el tobillo de Gaga en la primera escena de la aparente alucinación y última escena de la “realidad”. El color blanco como lo divino, lo inmaculado, acompañado de destellos dorados, la opulencia, representada en ambos films en las piezas de joyería que llevan los personajes. Los colores de la bandera armenia aparecen en casi todas las escenas, de manera explícita en algunas, y en otras como sutiles guiños en homenaje.

El enfoque religioso con el que es contada la historia es otro punto clave para comparar la simetría directa entre el videoclip y las películas del director armenio-georgiano. Gaga viaja al mundo espiritual al perder la conciencia. Pájaros, vestimenta papal, halos de luz, rituales y sacrificios y la geometría propia de los símbolos religiosos.

En “El Color de la Granada”, el personaje de Sayat Nova, se descubre a sí mismo inmerso en un mundo donde la religión es el principio, el camino, la forma y el destino. Se hace consciente de este hecho, puede desprenderse de su lugar y observar este mundo como algo ajeno a su existencia, y así poder observar como un espectador. Este sentimiento es maravillosamente retratado en los films de Parajanov a través de los planos generales y detalle y sobre todo en los planos fragmentados, las escenas dentro de las escenas, la continuidad evidenciada, los personajes devolviéndole la mirada al espectador, a través de la incomodidad visual, demostrando el hecho cinematográfico. Esto se ve también reflejado en la aparente realidad del personaje. La vida normal es también una puesta en escena, que se ha ido tallando mediante fé y costumbre.

Gaga inmaculada, pero que no puede esconder para siempre su naturaleza alien, que se va precipitando hasta mostrarse en todo su esplendor y generar un mensaje de alerta o “Precaución” como refleja la cinta policial en armenio “Zgushut’yun”, como algo raro, algo ajeno, que no encaja en ese mundo imaginario. Algo de lo que hay que cuidarse.

No podemos dejar de mencionar en relación a esto, el hecho de que Parajanov ha sido perseguido por las autoridades soviéticas, encarcelado en varias ocasiones, por ser considerado “demasiado surrealista”, pero sobre todo por sus “inclinaciones subversivas” –seamos claros: orientación sexual no hegemónica–. Más allá de las veladas intenciones del régimen al perseguir a un genio del cine, lo cierto es que este también es un punto de contacto relevante entre Lady Gaga –icono LGTBIQ– y Parajanov.

Por último, pero no menos trascendente, la representación poética de la vida interior de los artistas, contada en una puesta cinematográfica, cruzan en un mismo mundo ficticio a Lady Gaga y a Sayat Nova, unidos por el sentido universal del sonido y de la música.

Nota publicada el 19 de septiembre de 2020 en diarioarmenia.org.ar